Celebradas con fervor desde hace siglos, las Fiestas de San Juan son el corazón cultural y emocional de Soria, un evento que une a generaciones y transforma la ciudad en un escenario vibrante de tradición, identidad y celebración.
Las fiestas de San Juan o de la Madre de Dios, son una de las celebraciones más emblemáticas de la ciudad. Durante seis días a finales del mes de junio, cada uno con su propio nombre, la ciudad vibra al ritmo del sol, el vino y los toros. La fiesta ha ido evolucionando con el tiempo, pero mantiene intactos muchos de sus elementos tradicionales. Desde el Miércoles El Pregón, hasta el Lunes de Bailas, pasando por el Jueves La Saca, Viernes de Toros, Sábado Agés y Domingo de Calderas, los jurados y juradas de cada una de las doce cuadrillas, herencia de los antiguos barrios medievales de Soria, son los grandes protagonistas y los encargados de dirigir las fiestas. Además de las cuadrillas, las seis peñas sorianas aportan a las fiestas color y diversión bailando al ritmo de sus charangas que no paran de tocar las tradicionales sanjuaneras.
Pero el ambiente festivo comienza meses antes, con los conocidos como presanjuanes. Ya en el mes de abril se celebra el Sorteo y Nombramiento de los jurados, y el primer domingo de mayo el Catapán, cuando los sorianos expresan si quieren o no celebrar las fiestas. Durante los fines de semana de junio el gran protagonista es el Monte Valonsadero, donde los sorianos acuden a celebrar el Desencajonamiento, el Lavalenguas y la Compra, iniciando una cuenta atrás muy esperada por toda la ciudad.
Las fiestas propiamente dichas comienzan el Miércoles El Pregón, y sorianos y forasteros bajan a la Plaza Mayor para dar el pistoletazo de salida a las fiestas. El Jueves la Saca, uno de los días más esperados, doce toros, cada uno de una cuadrilla, son conducidos desde el monte Valonsadero hasta la plaza de toros por un río de caballistas y corredores. Al día siguiente, el Viernes de Toros, los toros son toreados mientras que las calles se llenan de gente disfrazada, lo que convierte a este día en una especie de carnaval sanjuanero. Durante el Sábado Agés, las cuadrillas subastan los despojos de los toros lidiados el día anterior y reparten las tajadas entre los vecinos; y el Domingo de Calderas cada cuadrilla presenta su caldera, en un desfile por las calles de la ciudad que gracias a las piñorras y piñorros convierten a este día en “el día de más esplendor”. Finalmente, el Lunes de Bailas es un día de convivencia, música y danza. La ciudad se traslada a las márgenes del río Duero a merendar al ritmo de las peñas, y al finalizar la jornada, en la misma plaza donde comenzaron las fiestas, de nuevo sorianos y forasteros entonan el “Adiós, adiós, San Juan” para despedir la fiesta hasta el próximo año, con la promesa de volver con el mismo entusiasmo.
Las Fiestas de San Juan en Soria no son solo un evento cultural: son un acto de identidad colectiva, una expresión del alma soriana. La participación ciudadana, la transmisión de tradiciones y el espíritu comunitario hacen de esta celebración una experiencia única. Para los sorianos, San Juan no es una fecha en el calendario, sino un sentimiento que se vive con intensidad y se recuerda con orgullo. Quien ha vivido estas fiestas al menos una vez entiende por qué para Soria, San Juan es mucho más que una tradición: es su esencia.