Soria en 2 días

Soria no es una ciudad muy extensa pero tiene un gran catálogo patrimonial y natural que bien merece ser visitado. Dos días ofrecen además de poder recorrer y conocer más y mejor la ciudad, la posibilidad de disfrutar la noche y sus escenarios.  

Para aprovechar al máximo la estancia en la ciudad y combinar el espacio de tiempo sugerimos el itinerario siguiente:  

PRIMER DÍA

POR DÓNDE EMPEZAR

Por la mañana: Palacios Nobiliarios, Instituto Antonio Machado y Aula del Poeta, Iglesia de Santo Domingo, Círculo Amistad Numancia, Museo Casa de los Poetas, Palacio de los Condes de Gómara, Plaza Mayor, Iglesia de Ntra Sra de la Mayor.

Comencemos por acudir a la Oficina de Turismo para recibir información. Allí podrás solicitar el plano callejero de la ciudad, folletos temáticos y  todas tus preguntas y dudas serán resueltas antes de iniciar el recorrido por la ciudad; también podrás contratar una audioguía o si lo prefieres una visita con un guía oficial de turismo. Y por supuesto llevar toda la información en tu móvil si te descargas nuestra App #eligeSoria para smarthphones Android o iPhone.

Desde aquí continuamos el recorrido por el Collado (la principal calle peatonal) desde dónde encontramos a pocos metros la románica Iglesia San Juan de Rabanera, que parece una maqueta de lo que sería una iglesia románica tipo. Rodéala, contempla la portada dedicada a San Nicolás, (tomada de la original iglesia arruinada), admira su esbelto y curioso ábside de doble vano.

Volviendo a la céntrica calle peatonal y ascendiendo por la nobiliaria calle Aduana Vieja salpicada de palacios renacentistas, como el de los Ríos y Salcedo, el de los Castejones o el de los San Clemente, y delimitada con la maciza  figura del edificio del Instituto Antonio Machado, cátedra para el poeta sevillano con cuyo nombre le bautizaron, y para el santanderino Gerardo Diego, llegamos hasta la Iglesia de Santo Domingo, que posee una imponente monumental fachada románica en su lado occidental, de la que destaca su rosetón, sus capiteles, jambas y tímpano, pero sobre todo, destacan las arquivoltas de la entrada, que nos narran, en elaboradas y expresivas escenas, parte de la Biblia. Y una vez que tu vista esté saciada, entra en el interior y deja que sean tus oídos los que disfruten con los cantos de las monjas clarisas que viven en el convento anejo.

Palacio de los Río y Salcedo en la Calle Aduana Vieja

UN PASEO POR EL CENTRO

Regresamos a la céntrica calle del Collado bajando por la calle Estudios y pasando por el Mercado Municipal de la ciudad hasta llegar a la Plaza de San Blas y Rosel (conocida como la tarta) en la que se encuentran los escudos de los 12 linajes de la ciudad. Desde aquí, entre los soportales del Collado, duerme y vive como detenido en el tiempo el Círculo de la Amistad Numancia, donde es su 3ª Planta podrás visitar la Casa de los Poetas, exposición que brinda un espacio para conocer a los grandes líricos - Antonio Machado, Gustavo Adolfo Bécquer  y Gerardo Diego que dedicaron sus versos a Soria.

Un poco más adelante, entre los modernos edificios se asoma, orgulloso y contundente renacentista, el Palacio de los Condes de Gómara. Los arcos juegan saltarines en su doble arcada, la torre lanza al cielo sus acróteras coronadas habitualmente por curiosas cigüeñas y en su monumental portada, entre maceros poderosos, se asoma eternamente a su ventana la señora condesa.

Adentrándonos en las estrechas calles del Casco Antiguo y muy cerca cruzando por el Arco del Cuerno llegaremos hasta la Plaza Mayor. En ella, encontremos la Casa del Común de los vecinos de Soria, la Casa Consistorial de los 12 Linajes, el Palacio de la Audiencia (ahora centro cultural), la Fuente de los Leones, la Torre de Doña Urraca y el románico templo de Nuestra Señora de la Mayor, eco de alegrías y penas para Machado, pues en esta iglesia se casó con Leonor y se ofició el funeral de la misma pocos años después.

POR LA TARDE

Por la tarde: Parque Alameda de Cervantes, Museo Numantino, Rincón de Bécquer y Restos del Convento de San Francisco, Iglesia de San Juan de Rabanera, Palacio de la Diputación y Estatuas, Iglesia del Espino, Olmo de Machado y Tumba de Leonor

Te recomendamos visitar sin prisa y como punto de partida el auténtico jardín de esta ciudad, situado en su corazón, el parque de la Alameda de Cervantes (aunque todos se refieren a él como la Dehesa); paseos con bóvedas vegetales y suelos tapizados por hojas en otoño, románticos rincones con fuentes, una gran pradera en su zona más alta donde tumbarse y observar el cielo azul intenso y una rosaleda, explosión de colores y olores. Detente al llegar al Árbol de la Música, en cuyo templete flautas, clarinetes y demás instrumentos de viento de la Banda Municipal de Música competían en tiempos con el arrullo de los pájaros. Y junto a él no dejes de visitar la Ermita de la Soledad, antiguo humilladero de la ciudad que atesora en su interior el Cristo del mismo nombre de escuela castellana de finales del S. XVI. Cruza el parque por el moderno Paseo del Espolón donde encontrarás el Museo Numantino, que inaugurado en el año 1919 por el rey  Alfonso XIII, es el museo de Historia y Arqueología de la ciudad. Actualmente reúne un variado catálogo de piezas que atestiguan la evolución cronológica de la historia de la provincia, desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad Moderna, con una sección específica y muy significativa dedicada a la cultura celtibérica con cerámicas, fíbulas, pectorales, armas y herramientas procedentes de los yacimientos de Numancia, Uxama, Tiermes y de otros de la provincia.

Volviendo a cruzar al Parque de la Alameda de Cervantes llegaremos hasta el conocido “Rincón de Bécquer”, que recuperó su esplendor mirando de nuevo hacia las ruinas del Convento de San Francisco. Esta plaza está dividida en varias zonas que incluyen una zona de recreo infantil y una fuente de lámina de agua con versos del poeta que da nombre a la plaza con un efecto de reflejo de las propias ruinas.

Nos dirigiremos después hasta la Plaza Mariano Granados (donde se ubica la Oficina Municipal de Turismo) para subir a pocos metros hasta la románica Iglesia de San Juan de Rabanera,  que parece una maqueta de lo que sería una iglesia románica tipo. Rodéala, contempla la portada dedicada a San Nicolás, (tomada de la original iglesia arruinada), admira su esbelto y curioso ábside de doble vano. Junto a ella no pasa inadvertido el actual Palacio de la Diputación, en cuyo interior merece la pena contemplar el lienzo de “Los últimos Días de Numancia”, obra de Alejo Vera y Estaca (1880), en la que nos presenta el momento en el que las tropas de Publio Cornelio Escipión Emiliano llegaron a la ciudad de Numancia. Dicho lienzo y otro, conservado en el Museo del Prado de Madrid, son las únicas muestras que existen hoy en día sobre la conquista de Numancia. El Palacio desde 1971 está escoltado por una recopilación Estatuas de bronce sobre pedestales de granito – obra de Federico Coullant-Valera -  que representan a ocho relevantes personajes históricos vinculados a la provincia de Soria.

Continuamos el paseo en dirección ascendente y a pocos metros llegamos la Iglesia de Ntra. Señora del Espino, patrona de la ciudad, en cuya fachada exterior puede contemplarse una concha, un bastón y una calabaza símbolos del peregrino, recordando el paso del Camino de Santiago de Soria (Castellano – Aragonés). Junto a la iglesia, reposa un viejo olmo convertido en el símbolo del conocido poema de Antonio Machado “A un Olmo Seco”. Y en el cementerio de la ciudad, junto al muro de esta iglesia, descansan los restos de la joven esposa del poeta sevillano, Leonor Izquierdo.

Para finalizar la jornada te recomendamos que regreses al centro de la ciudad hasta llegar a la Plaza Mayor y desde allí disfrutar del ambiente de bares y tapas por las calles y plazas que repletas de gentío y terrazas aguardan al visitante para colmarlo de refrigerio y todo tipo de rica y variada gastronomía de la tierra.

Llegada la noche, se puede optar por disfrutar de las zonas de ocio nocturno o realizar una ruta nocturna por los monumentos iluminados de la ciudad.

SEGUNDO DÍA

BIENVENIDOS AL DUERO

Por la mañana: Iglesia y Convento del Carmen, Ruinas de San Nicolás, Concatedral y Claustro de San Pedro, Puente Medieval, Monasterio San Juan de Duero, Monasterio de San Polo, Puente de Hierro, Ermita de San Saturio, Márgenes del Duero, Sotoplaya,

Descendemos hacia el río, pasando junto al convento del Carmen, que fundara Santa Teresa, y las ruinas de San Nicolás, hasta que aparece la concatedral de San Pedro. La eterna aspirante a templo catedralicio esconde tras su austero exterior un bello interior gótico, salón decorado con bellos retablos, y un claustro anejo, exponente purista del románico internacional, capiteles y columnas para la meditación antaño y para la admiración ahora.

Llegamos al Duero y lo atravesamos por su Puente de piedra de origen medieval, para entrar en el espacio del misticismo. Tres son los lugares dedicados a este fin, asomándose al río como buscando en sus aguas la inspiración. El primero, el antiguo monasterio de los hospitalarios de San Juan de Duero. Posee un claustro que comprime en su geometría un compendio de estilos medievales y una sinfonía de movimiento en piedra. En el aparentemente sencillo templo, dos templetes orientalizantes decorados con bellísimos capiteles que parecen flotar en la penumbra del interior.

El segundo de estos espacios, el monasterio de tradición templaria de San Polo que en el pasado fue cobijo de estos monjes guerreros y de los seres fantásticos surgidos de la mente de Bécquer. El arco abierto bajo su templo es una puerta a uno de los recorridos más románticos de la geografía soriana: el paseo hasta la ermita de San Saturio, inmortalizado, cantado y sublimado por la pluma de Machado, y dejando a un lado el Puente de Hierro, estructura de hierro en desuso construido en el año 1929 por donde atravesaba la antigua línea de ferrocarril.

Los álamos grabados, las amansadas aguas del Duero y la mole de la sierra de Santa Ana acompañaran nuestros pasos hasta el santuario dedicado al patrón de la ciudad. Naturaleza y arte, cueva y templo, la espiritualidad de los devotos y la carnalidad de los enamorados se unen en un estrecho e indisoluble abrazo. Desde la entrada por la gruta original, el recorrido pasa por las distintas estancias hasta la capilla en la parte más alta en la que el autor,  ilustró íntegramente con frescos paredes y techos.

Aguas abajo aparece el Sotoplaya, una isla que se forma entre dos brazos del Duero, el Museo del Agua y el Ecocentro; éstas son dos instalaciones relacionadas con el medio ambiente localizadas a la largo del Paseo de San Prudencio. Junto al primero de los edificios merece ser visitado el restaurado Lavadero y junto al segundo edificio, la recuperada Noria del Carbonero que, mediante tracción animal, giraba una palanca horizontal que trasladaba el movimiento a unos engranajes que, a su vez, movían la cadena con recipientes que sacaban el agua con la que se regaba. Ahora es el visitante quien realiza esta acción experimentando personalmente este ancestral proceso.

Esta zona del río además ofrece la posibilidad de recorrer varios Senderos homologados, uno de ellos ascendiendo hasta el alto de la sierra Santa Ana, mirador excepcional desde donde obtener una amplia panorámica de Soria, y otro que lleva hasta el paraje de Valhondo, donde el río discurre entre peñas.

Vistas de Soria desde el Mirador de los Cuatro vientos

LAS MEJORES VISTAS DE LA CIUDAD

Por la tarde: Ermita del Mirón y Mirador de los 4 Vientos, Murallas Medievales, Parque del Castillo

Iniciamos la tarde acercándonos hasta el otro cerro de la ciudad en el camino del Mirón. Por este paseo, que lleva a la ermita barroca del mismo nombre, el poeta Antonio Machado acompañaba a su mujer, débil y enferma, empujando su silla de ruedas. En la actualidad, una escultura con las siluetas recortadas de Machado y Leonor evoca la presencia de ambos por aquel lugar. Ésta se encuentra en el final del paseo, en una placita llamada de “Los Cuatro Vientos”, con estupendas vistas panorámicas de la ciudad,  del Duero y de los restos mejor conservados de la muralla de la ciudad medieval.

Para finalizar la jornada podemos atravesar la ciudad hasta el otro cerro donde se encuentra el Parque del Castillo, con paseos, rincones románticos entre las ruinas de la fortaleza, columpios e incluso una piscina para los más pequeños. Este punto es el verdadero mirador de la ciudad, momento ideal para ver desde un balcón privilegiado el atardecer de la ciudad y desde donde poder contemplar y disfrutar de las distintas vistas panorámicas desde la zona más nueva con la Universidad y el Estadio Municipal de Los Pajaritos, pasando por las márgenes del Duero con la Ermita de San Saturio hasta la zona más monumental y céntrica de la ciudad. En este parque se encuentra el Parador Nacional Antonio Machado y una original galería expositiva en el antiguo depósito de aguas, actualmente en desuso. La gran variedad de especies vegetales junto con sus habitantes (aves, lagartos, ardillas,…) contribuyen al deleite de cualquiera que visite esta zona de la ciudad.

Te invitamos a que dentro de la visita a nuestra ciudad te lleves una experiencia turística sumando al patrimonio, los paisajes, la naturaleza, los paseos, nuestra gente,  las compras, la cultura y los eventos; todo ello aderezado con la más rica y típica gastronomía, ya que no te puedes marchar sin probar el torrezno, la mantequilla, las migas o la micología en cualquiera de sus variedades.

Ruinas del Castillo Medieval situado en el Parque de el Castillo

El programa es orientativo, por lo que le recomendamos consultar previamente los horarios y condiciones de las visitas de los interiores de cada uno de los monumentos recogidos.

Además la agenda cultural de la ciudad es muy variada y muy amplia, por ello le invitamos a visitar la agenda de eventos para obtener la información de aquellos que puedan coincidir con las fechas de su visita.