Cueva Zampoña

Vicente García García publicaba en el primer número de “Recuerdo de Soria” (1881) esta leyenda de la antigua cueva de Echevarría (así denominada a mediados del s. XVIII), renombrada como Cueva Zampoña, aguas debajo de San Saturio, en la margen derecha del Duero y dentro del término municipal de Soria. Se contaba que en ella había un tesoro y un día entraron en ella Juan Zampoña y Pedro Saldaña a buscarlo. El primero cayó por una sima. “Salió Saldaña aterrado porque oía decir a su compañero que le cogían de los pies”. Cuando acudieron a auxiliarle varias personas de Soria, Zampoña seguía vivo y aseguraba “que le tenían cogido de los pies y que tiraban de él” y no pudieron sacarle de la sima.  Sobrecogidos por todo ello se tapió la entrada de la gruta a cal y canto y se colocó la siguiente inscripción:

“El que en esta cueva entrare

Ni vivo ni muerto sale.

Juan Zampoña, que aquí entró,

Ni vivo ni muerto salió”.

 

Anteriormente Manuel del Palacio había incluido un relato legendario de la cueva en su obra “Doce reales de prosa y algunos versos gratis” (Madrid, 1864), que se publicó en el “Noticiero de Soria” en 1903. Manuel del Palacio fecha los sucesos en 1328, nos dice que Zampoña es zapatero y que había nacido en la Plaza de Herradores. En esta leyenda Nuño Zampoña es asesinado por mandato del merino Garcilaso de la Vega. El hijo de Zampoña, Beltrán Núñez, le busca y se adentra en la cueva y encuentra dos arcas repletas de dinero. Al darse cuenta de que había otras, se acerca a la última y al abrirla descubre horrorizado que dentro está el cadáver de su padre sobre el cual había un pergamino con estas palabras: “El que en esta cueva entrare  / ni vivo ni muerto sale”.  Dos días después el merino Garcilaso de la Vega fue asesinado en el monasterio de San Francisco.

 

Seguramente estas leyendas, fruto de la imaginación literaria de sus autores, tienen como punto de partida un suceso real acaecido el 1 de marzo de 1748 al penetrar en la cueva de la peña Chaverría Antonio Serón, Esteban Alicante y Antonio Gallardo, buscando unas estatuillas de oro que creían se habían allí ocultado. El primero de ellos se internó más que los otros y cayó por una sima y allí murió pese a los intentos en rescatarle. El acceso se tapió y se puso un cartel disuasorio. Actualmente su acceso está dificultado por el embalse de Los Rábanos sobre el Duero.

Plano de la situación de la Cueva Zampoña
Paseo cercano a la Cueva