Historia

El verano del año 133 a.C. la ciudad celtíbera de Numancia, cayó tras 11 meses de asedio por parte del ejército romano bajo el mando de Publio Cornelio Escipión Emiliano. Sus habitantes decidieron mantener sus ideales hasta el final suicidándose mayoritariamente en un holocausto final antes de ser esclavos de la poderosa Roma.

Atrás quedaron veinte años de lucha que comenzaron al dar cobijo a los habitantes de Segeda, interpretado esto por el conquistador itálico como ruptura del tratado de paz firmado el año 179 antes de nuestra era. La guerra había comenzado veinte años antes, en el 153 a.c., donde los numantinos acogieron a gentes de Segeda que huían del acoso de los romanos, acusado de romper pactos establecidos con Graco en el año 179 a.c.

Veinte años de conflicto donde infringieron sucesivas derrotas a varios cónsules romanos estimándose entre 60.000 y 80.000 soldados romanos muertos. Roma incluso tuvo que modificar el inicio del calendario de Marzo a Enero para que sus tropas llevasen campañas eficaces en primavera y verano en territorio numantino. A la vez que cayó Numancia, nació un símbolo sinónimo de la libertad de un pueblo y  de la defensa del débil contra el fuerte. El fin de la existencia de una ciudad dio comienzo a un mito ya que la gesta numantina impactó de tal manera en la conciencia de los conquistadores que a su vez se sintieron conquistados por la causa numantina, glosando su resistencia y final heroico hasta la exaltación, proporcionándole de esta manera una dimensión universal y fundiéndola en el crisol de la leyenda.