RESTOS CONVENTO DE SAN FRANCISCO Y RINCÓN DE BÉCQUER

HISTORIA 

En lo que en otro tiempo era extramuros de la ciudad, podemos ver lo que fue este convento cuya fundación se atribuye al propio San Francisco de Asís quien, según la leyenda, en 1214 tras una visita a Soria de camino a Compostela puso cinco pequeños montones de piedra que recogió en la Dehesa de San Andrés – hoy Alameda de Cervantes - delimitando donde se instalaría el monasterio. Al poco tiempo los más adinerados de la población dieron principio y mecenazgo a la obra y 7 años después de la muerte del santo ya estaban establecidos los monjes.

En 1618 hubo un incendio que devastó todo a excepción de la iglesia y una zona que daba a la huerta. El archivo quedó también destruido. Pronto se reedificó de nuevo con aportaciones de vecinos y caballeros  sorianos, que establecieron en el lugar sus enterramientos y capillas. La Orden tenía un compromiso con la enseñanza en Soria estableciéndose una cátedra de Teología.

Durante la Guerra de la Independencia el brigadier José Joaquín Durán, dio orden para destruirlo en 1812 con el fin de evitar allí el atrincheramiento de los franceses. Se destruyó la capilla mayor y el crucero de la iglesia, quedando intacto lo demás y el convento. Tras el conflicto solo se reconstruyó la mitad de la nave central.

Con la Desamortización de Mendizábal de 1835 los franciscanos tuvieron que abandonar su convento de Soria. Una parte del mismo pasó a ser  Hospital Provincial y a principios de la década de los 70 en principio pasó a ser la sede del Colegio Universitario de Soria. Después, con la integración del mismo en la Universidad de Valladolid y  trasladando en 2006  los estudios al Campus Universitario Duques de Soria, el inmueble ha quedado en desuso.

EL EDIFICIO 

De lo que en tiempos era el antiguo Convento se mantienen bastante modificadas las dos alas de la primitiva construcción.  En su interior resalta su gran escalera de piedra de Juan de Bentimilla de comienzos del S. XVII, adosada al edificio de la iglesia, y la zona de claustros con arcos de medio punto, que  aunque ahora son ciegos, se aprecian claramente a excepción de la sacristía que se rehabilitó en obras de acondicionamiento de la iglesia.

Según todas las referencias históricas contrastadas, junto al convento existía una gran huerta.

El Convento estaba cerrado por un muro de piedra, del que se conserva parte en la actualidad dividiendo el emplazamiento que ocupaba hasta hace unos años el Colegio Universitario, la antigua iglesia y el patio correspondiente al claustro.

Todo el espacio restante fue trasformado y poco a poco se fue integrando en el casco urbano de la ciudad.

En la parte trasera del convento queda lo que hoy se conoce como Rincón de Bécquer. En 2010 y siguiendo con los planes de remodelación de zonas emblemáticas de la ciudad, el Ayuntamiento dio un vuelco a este enclave,  constituyendo un agradable espacio peatonal.

El área de recreo infantil con su arenero, la parte de recreo acuático, la fuente en honor al poeta Gustavo Adolfo Bécquer y la original iluminación nocturna, realzan la belleza de los restos monumentales y lo convierten en lugar muy frecuentado tanto por sorianos como por visitantes.

GRATUÍTO. SOLO VISITABLE EXTERIOR DEL CONVENTO Y RINCÓN DE BECQUER
"Ruta Nocturna"
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