PALACIO DE LOS CONDES DE GÓMARA

EL ESPLENDOR DE LA MESTA SE REFLEJA EN SUS PIEDRAS

HISTORIA

Cuando el forastero arriba a Soria desde Aragón al cruzar la bifurcación que lleva a San Polo y San Saturio, se encuentra con la monumentalidad de la torre del palacio que deja ya entrever la fertilidad en patrimonio que cobija Soria.

A finales del S.XVI, cuando la ciudad ya no tenía naturaleza divisoria, la riqueza de la familia  de Francisco López del Río era manifiesta. Provenía de su cabaña lanar  y formaba parte del Honrado Concejo de la Mesta.

Fruto de esa abundancia, los Río y Salcedo edificaron entre los años 1577 y 1592 su nuevo palacio en el centro de la ciudad resaltando sobre el resto de las demás construcciones.

Es el palacio que hoy conocemos como “Palacio de Los Condes de Gómara”.

Esta familia ya tenía en su haber una casa-palacio en la ciudad de Soria, de “los Río y Salcedo”- primer tercio del S.XVI - que actualmente acoge el Archivo Histórico Provincial, con portada renacentista y ventana en esquina. Pero fue su afán de exhibir su reconocimiento social y económico lo que les llevó a edificar el más fastuoso de los palacios de la ciudad.

EL EDIFICIO

La enorme fachada de líneas puras no está completa acorde a la idea original según la cual iba a ser mucho mayor ya que, según la leyenda, Felipe II vetó el proyecto inicial para impedir que el palacio eclipsase al de El Escorial.

En la parte izquierda destacan los ventanales coronados por frontones herrerianos y la portada, con el escudo del propietario sostenido por dos maceros y bajo éste una cartela sostenida por figuras de ángeles. En la parte superior del escudo se puede apreciar a una mujer asomada a una ventana que se asocia con infidelidad de esposa de Francisco del Río y su gusto por las rondas.

La parte derecha, más dinámica, tiene en la planta primera una galería corrida con 12 columnas de estilo toscano y en la planta alta, 24 columnas de estilo jónico.

La torre es muy robusta, con planta cuadrada, grandes ventanales y coronada con acróteras. En su interior se conserva un patio central, típicamente castellano, que articula el resto de estancias, con doble piso sobre el que descarga una gran escalera carente de ornamentación dando como resultado una distinguida mezcla de estilos plateresco y herreriano.

Cabe dar especial atención a las primitivas caballerizas, ubicadas a la derecha del zaguán, estancia cubierta por una refinada bóveda de cañón, así como los comederos empotrados en sus muros laterales.

Fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2000 y actualmente el edificio alberga el Palacio de Justicia.